Si hay un mercado especialmente dinámico y competitivo entre las bebidas, ese es el de las ginebras. El auge del gin tonic en los últimos años ha arrastrado a estos destilados hasta el centro de atención de todas las miradas. Hacerse un hueco no es fácil, y mucho menos ocupar un lugar privilegiado. Gin Mare, con una antigüedad de apenas seis años, lo ha conseguido y la hazaña tiene premio.
El Drinks International Annual Bar Report es un informe que analiza cada año los hábitos en los 250 mejores bares del mundo (los primeros en el ranking de los cincuenta mejores, World’s 50 Best Bars). Todas las regiones están representadas: 45% de los establecimientos son europeos; 23% asiáticos, y 21% americanos. De ahí, su prestigio. Y de lo completo de su evaluación.
El informe se basa en dos rankings estrella: el de los más vendidos, que se mide en botellas consumidas, y el de los más solicitados, no necesariamente correspondido en volumen, sino más cercano al deseo, la tendencia y lo cool. El de esa ginebra soñada. ¿Pero qué tiene Gin Mare para haber entrado en los dos? ¿La combinación de botánicos? ¿Esa esencia tan mediterránea de vida, sol y mar?¿Cómo se puede avanzar en dos direcciones a la vez? Hasta el séptimo puesto mundial entre las más deseadas ha escalado, y el décimo entre las más vendidas.
El mercado nunca miente, y el consumidor de ginebra se ha convertido en todo un especialista. Cuando lo trendy es también lo más vendido, el camino hacia una singularidad suprema está ya trazado. Cuidado, amigos de lo establecido. La fama vieja se la lleva el mar…